El mundo está en constante cambio y evolución pero, en los últimos años, el cambio en la construcción y la arquitectura se está dejando notar con más fuerza que en otros sectores. Posiblemente esto se deba, entre otras cosas, al auge de los nuevos conceptos sobre sostenibilidad, eficiencia energética y respeto por el medio ambiente que nos rodea. Este nuevo pensamiento ha calado en la sociedad y nos obliga a repensar la arquitectura y con ello sus materiales. Ya no será suficiente con diseñar el edificio más espectacular, más caro o más alto, también será necesario que las construcciones sean respetuosas con el planeta, que demuestren una eficiencia energética antes nunca pensada. Los últimos excesos de la construcción en años pasados no han hecho más que apuntalar este pensamiento y ahora la arquitectura parece ser llamada a comandar ese cambio hacia la sostenibilidad.

Teniendo en cuenta que el cemento y el acero, principales materiales de la construcción hoy en día, son caros y poco eficientes -desde un punto de vista ambiental y energético- ¿Cuáles serán los materiales que utilizaremos en las construcciones del futuro? Es posible que algunos de ellos ya existan, las posibilidades cada vez son más amplias pero… ¿Alguno será capaz de sustituir al ladrillo, al cemento o al acero? Adelantemos el tiempo y veamos cuáles son aquellos por los que nos atrevemos a apostar como los 6 materiales más idóneos para las construcciones del futuro.

TEJAS SINTÉTICAS.

Las tejas sintéticas están hechas de plásticos reciclados y de piedra caliza; son sostenibles y alrededor de un 50% más baratas que las tradicionales. Tienen una vida útil de más de 50 años y después son reciclables al 100%. Otra opción son las tejas fotovoltaicas, un producto más caro que el tradicional, pero que acaba siendo rentable gracias a la energía generada.

PANELES DE FIBRAS Y COMPOSITES.

Estos materiales constituyen una buena alternativa para los cerramientos, divisiones interiores y cubiertas. En España, una opción interesante es un panel formado por una combinación de kevlar, fibra de vidrio y fibra de carbono que resulta ser un 30% más económico y 3 veces más resistente que un tabique de ladrillo tradicional. Es un material sintético, por lo que es inmune a roedores e insectos y esto hace que también tenga una vida útil más larga. Por supuesto, es eficiente y totalmente ecológico; Es asimismo aislante, dando lugar a un ahorro energético de hasta el 50%, produce 100 veces menos residuos que el ladrillo y es reciclable al 100%.

LADRILLOS ECOLÓGICOS

Parece que estamos decididos a sustituir el ladrillo tradicional en favor de cualquier otro material que sea más barato, más eficiente y que contamine lo mínimo en su producción. Eso sí, el ladrillo, al igual que las tejas, parece que seguirá teniendo la misma forma y seguramente el mismo tamaño. Lo que es cierto es que ya existen varias soluciones alternativas al ladrillo de arcilla cocida, algunos son tratamientos de reciclados de vidrio o plásticos y otros parten de prensados naturales como tierras comprimidas.

Una de las opciones es Durabric, un ladrillo que se fabrica mezclando agua, tierra y cemento, comprimiendo la mezcla en un molde y dejando que fragüe de forma natural, sin fuego. Con este proceso, se consiguen salvar hasta 14 árboles por cada casa construida ya que no se utiliza la madera como combustible en la fabricación del ladrillo. Al evitar el proceso de cocción, Durabric reduce las emisiones de gases de efecto invernadero hasta diez veces en comparación con los ladrillos cocidos tradicionales. En cuanto al coste, construir un muro con Durabric es un 20% más barato que con ladrillos de arcilla cocida.

Otro de los ejemplos más interesantes es Biomason, un ladrillo ecológico que, aunque parezca increíble, se genera a partir de microorganismos. Es una alternativa ecológica que no libera CO2 en su producción y que es más económica, ya que proviene de recursos naturales. El ladrillo Biomason se crea a temperatura ambiente, alimentando a los micoorganismos con materiales como la arena y generando unas condiciones en las que estas empiezan a producir cristales hasta que, finalmente, dan lugar a un ladrillo.

PANELES DE MADERA CONTRALAMINADA

La madera es un material muy adecuado para la construcción sostenible siempre que provenga de la tala responsable. Pero no solo eso, el estudio de arquitectura MGA y la ingeniería DVVD han desarrollado unos paneles masivos de madera, que pueden ser de hasta 2,40 x 20 metros y en varios espesores, pudiendo utilizarse directamente como material estructural. Se trata de paneles contralaminados, formados por capas de madera dispuestas longitudinal y transversalmente, encoladas entre sí, formando placas de madera maciza. 

RESINAS  Y HORMIGONES AUTORREPARABLES.

No todos los campos de investigación están enfocados exclusivamente en la sostenibilidad y eficiencia energética. La Universidad de Alicante ha presentado recientemente una resina transparente y flexible capaz de autorrepararse tras ser cortada con unas tijeras. Basta con poner en contacto las dos partes para volver a unirlo en unos 15 segundos. Además, también tiene memoria de forma, por lo que tanto si es aplastado o manipulado recupera la forma original en pocos segundos. Se trata de un material aun experimental pero que podría tener múltiples aplicaciones en la construcción, como por ejemplo en cerramientos, juntas constructivas o incluso combinado con otros materiales.

PINTURA SOLAR.

Y es que la eficiencia energética en la construcción se está convirtiendo poco a poco en una obsesión. La pintura solar aún está en desarrollo pero, en la Universidad de Sheffield, han creado el primer spray capaz de transformar cualquier tipo de superficie en un panel de energía solar gracias a un mineral llamado perovskita, que tiene la propiedad de absorber la luz. Su eficacia es del 20% frente al 25% que consiguen las placas solares de silicio, pero esta menor eficiencia lo compensa con su fácil aplicación sobre prácticamente cualquier superficie imaginable. Otra de  sus ventajas es la capacidad para generar energía incluso en condiciones de poca luminosidad solar y un coste inferior al del panel fotovoltaico. Sin duda esta pintura eliminaría muchas barreras a la hora de la implantación de sistemas fotovoltaicos.

Muchos de estos materiales ya están disponibles pero o bien son desconocidos o no generan suficiente confianza en arquitectos y constructores. Aunque por ahora nadie nos obliga a usar nuevos materiales o sistemas constructivos, parece que el futuro de la arquitectura, de la construcción y de todos los materiales y sistemas implicados va unido a la accesibilidad para todos, la sostenibilidad y al respeto por el medio ambiente.